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Tuna salazareña. S.F. Autor desconocido. Cortesía Trino Torres Gamboa.
El intento por domesticar y tratar de “culturizar “a un pueblo bárbaro que hacía temblar a los reinos, se convirtió en un intento fallido por quienes imponían las reglas. La cultura ha salido desde hace varias décadas de su nicho o lugar de preferencia de las élites representadas en la realeza, la religión, más tarde en la burguesía y en todo aquello en que se ostentaba el poder; Tradicionalmente, quien tenía el poder es quien definía las reglas que calificaban lo que era culto e inculto. La antropología social, ha determinado que cada manifestación humana está dotada de cultura, el gusto o el mal gusto estará mediado por la historia que cada quien tenga, la cultura, se ha convertido en un producto más de consumo, se ha convertido en una especie de objeto, de cosa susceptible de ser comprada y consumida como un bien para los potenciales clientes.
Debemos tener en cuenta, que ese consumo deberá tener sus estrategias, si nos mostramos y nos ofertamos debemos estar en constante renovación, la cultura, es una especie de tienda donde se ejerce el poder seductor de las ofertas, la novedad, la renovación, convertimos a una serie de individuos en clientes potenciales con nuestras ofertas y a los ya cautivos, seguir seduciéndolos con las novedades y reinvenciones que llegan a lo más profundo de un irreprimible deseos que despierta admiración y disfrute, con una sensación satisfacción y de superioridad sobre nuestros semejantes, esa es la esencia del consumo.
La cultura parte de los hechos históricos, la identidad de lo que poseemos y la pertenencia de reconocer esos elementos que identificamos como de nuestra propiedad, ya sea individual o colectiva. Para que la cultura pueda ser sólida debemos tener los hechos históricos como referentes, estos, deben ser divulgados, escritos, estar representados, hacerse visibles a través de las diferentes manifestaciones culturales, ya sea con la música, la pintura, la poesía, la escultura, la artesanía, la danza, los escritos, las narraciones o cualquier otra manifestación artística, a través de las leyendas, los mitos, las creencias, las prácticas cotidianas periódicas, estudiarnos, mirarnos, analizarnos, renovarnos, criticarnos y adaptarnos a la evolución de cada época.
La cultura de una región, pueblo, vereda, barrio etc. en las últimas décadas ha sufrido cambios drásticos con las migraciones, ya no podemos estar herméticos, ostracicos,-diría una inteligente colaboradora que dedica su tiempo como trabajadora social- negando la influencia de las migraciones a culturas o pueblos establecidos, las migraciones siempre impulsarán los cambios, la reinvención, la renovación, debemos tener las estrategias necesarias para vincularlos a lo existente y nutrirnos de sus miradas, esto, permitirá que una cultura sea más diversa, más amplia, más tolerante y en constante progreso.
Culturalmente, Salazar posee nobles representantes de su música, algunas pinturas inspiradas en su arquitectura o en conceptos simbólicos propios de Salazar, escritores, compositores, artesanos, fotógrafos y algún otro interesado que trabaja de manera silenciosa inspirado en la cultura de nuestra población.
La cultura, será una constante construcción que debe nacer de las entrañas de sus propios actores que conviven a diario, que generan conflictos entre si bajo esas fuerzas del dominio, de las charlas, de los intereses colectivos, de las historias que día a día van formando un imaginario, de invocar a nuestros antepasados y de proyectar a las generaciones venideras, todo cambia, nada permanece eternamente, debemos adaptarnos y renovarnos a diario sin perder nuestra esencia.
En las siguientes páginas, realizaremos un recorrido por algunas manifestaciones artísticas que han estado presentes en nuestro Municipio, la arquitectura, los muebles, el patrimonio, las publicaciones, la pintura, la escultura, las artesanías, la fotografía y nuestra gastronomía.